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¿Y si volvemos la mirada a las prácticas ecológicas de las culturas milenarias?

He estado leyendo sobre algunas prácticas ancestrales y quiero compartir con ustedes esta reflexión sobre el conocimiento ecológico tradicional, también conocido como indígena o ancestral, el cual incluye una serie de informaciones, prácticas y creencias que han evolucionado a través de formas culturales de una generación a otra.  La mayor biodiversidad del planeta se concentra en las regiones tropicales y subtropicales, en los desiertos y en las zonas templadas, así como en las montañas, en los que se encuentras especies endémicas que no se localizan en ninguna otra parte del planeta.  En ese sentido, los pueblos indígenas del mundo constituyen la mayor expresión de la diversidad cultural y en los territorios en donde habitan contienen una enorme biodiversidad. A pesar de que los pueblos ancestrales han sostenido una larga lucha en defensa de sus espacios, las comunidades indígenas están perdiendo sus territorios y su biodiversidad en manos de grandes empresas mineras, forestales y hasta agrícolas que propician el monocultivo y uso de potentes pesticidas.  La biodiversidad se puede comparar con una gran biblioteca natural de información generada a través de millones de años de evolución de las plantas, animales, hongos y bacterias. Nadie, ni los laboratorios farmacéuticos más grandes, pueden crear la información que han desarrollado los cientos de miles de especies que habitan la Tierra. La preservación de la naturaleza debe incorporar a la producción y consumo, los saberes y culturas indígenas, lo cual supone la preservación de la información genética universal para las generaciones actuales y futuras.