Apagar la luz está bien, descarbonizar es mejor

No se trata solamente de apagar el televisor y las luces al salir de la habitación. Sin duda es una buena costumbre. Sin embargo, la propuesta más seria es el abandono paulatino de las energías fósiles, señala Gustavo Copelmayer. Esta tarea personal no es fácil porque el petróleo es la base de miles de productos que utilizamos cotidianamente, indica Gustavo Copelmayer y agrega que desde los más evidentes, como el gasoil o gasolina que alimenta el sistema automotriz, hasta otros como la vaselina presente en muchos cosméticos, forman parte de la vida diaria. Aquí la solución es drástica y consiste en reducir nuestra tasa de petrolización o descarbonización como una acción ciudadana diaria. Lo siguiente a examinar es la climatización de las casas y oficinas para sustituir el gasóleo de la calefacción por gas natural o emplear paneles solares para generar la electricidad, afirma Gustavo Copelmayer.  

Otro elemento proveniente del petróleo y de la petroquímica es el plástico. Sería conveniente reducir el uso de plásticos desechables, tejidos sintéticos como el poliéster y comprar ropa de algodón 100% o incluso de lana, lino u otras fibras naturales que en adición es mejor para la salud, pues muchos de estos tejidos sintéticos incluyen químicos que pueden ser perjudiciales para nuestra salud, concluye Gustavo Copelmayer.